Los sistemas modernos de calefacción a gas con tecnología de condensación optimizan el uso de la energía generada mediante la combustión de gas. Esto permite hasta un 30% de ahorro en costes en comparación con una tecnología antigua de no-condensación. La instalación es sencilla y los costes son comparativamente bajos.
Ofrece el mayor equilibrio de CO2 de todas las energías fósiles: la tecnología de condensación de gas ha sido constantemente mejorada a lo largo de las últimas décadas y hace un uso más eficiente de la energía que nunca. Mediante la inserción de un gas natural como el hidrógeno, la calefacción del futuro será aún más sostenible.